Guillermo Maglieri, presidente de Gerdau para Argentina y Uruguay, analizó el momento de la industria siderúrgica. Los cambios por la pandemia
La construcción, uno de los motores de la reactivación de la economía argentina en el último año, fue un fuerte dinamizador de la industria del acero, que termina 2021 con un buen nivel de actividad. `Mejor de lo que preveíamos`, dijo Guillermo Maglieri, director ejecutivo para Argentina y Uruguay de la compañía siderúrgica Gerdau, líder en la producción de aceros largos en Latinoamérica. Según indicó, no sólo se superaron las marcas del año pasado sino también las de 2019. Las complicaciones en las cadenas de suministros tanto globales como regionales _entre ellas la bajante del río Paraná_ obligaron a la compañía a rediseñar la logística para operar, y la nueva ola de Covid mete incertidumbre a futuro. Aún así, el ejecutivo se mostró optimista y confió en que se van a mantener los niveles de demanda y producción para el año próximo. _¿Como está la situación de Gerdau y la industria del acero en general? _Este año terminó siendo bastante desafiante para todos y nosotros como industria no fuimos la excepción. Pudimos acomodarnos y a partir de los protocolos tener una actividad segura y responder a las necesidades y demandas del mercado. Nuestros productos van principalmente a la construcción, un sector que este año presentó cierto dinamismo, tuvo un nivel de actividad bastante bueno, comparado con el año pasado que debido a las restricciones se vio afectado en volúmenes. Desde el sector del acero tratamos no sólo de atender la demanda real del mercado sino también que la cadena de valor, los distribuidores, puedan recuperar sus niveles de stocks. A modo de balance, este terminó siendo un año muy desafiante pero con bastante nivel de actividad, y creemos que la demanda y la producción se van a sostener el próximo año. _En el mundo hubo este año grandes problemas con la cadena de suministros ¿Cómo los afrontaron? _ Ese es un desafío adicional a todos los que ya teníamos. Cuando decía que fue un año complejo tenía que ver con eso, ya que aparecieron cosas que no estaban en el radar. Lo de la cadena de suministros fue así. Nosotros nos abastecemos de productos importados, algunas materias primas, pero también algunos complementarios y repuestos. En lo vinculado a contenedores, por ejemplo, hubo dificultades para conseguirlos, los precios se multiplicaron por diez, la disponibilidad de bodega en buques fue un gran desafío. Pero también en nuestra región, ya que nosotros traemos materiales y materias primas desde el sur de Brasil por barcaza a través del río Paraná, la bajante histórica complicó la situación. Eso nos obligó a cambiar el modal y transportar vía terrestre o por buques. Por otra parte, los buques de gran porte que llegaron a los puertos de la región también tuvieron algunas dificultades con los calados. O sea, era algo que no estaba previsto, normalmente no teníamos esos problemas y ahora hubo que tenerlos muy en cuenta. Fueron cosas que nos complicaron en el día a día, pero las pudimos resolver bastante bien, con alternativas para no trasladarlos a la cadena. Los pudimos absorber, gestionar, pero fueron temas en agenda que no estaban. Creemos que más allá de la altura del Paraná, son cosas que van a continuar el año que viene. O se pueden intensificar. Por lo tanto, hay que estar muy atentos, tratar de tener stock de seguridad y algún plan B siempre. Lo bueno en nuestro caso es que el abastecimiento tiene que ver con la región y son cosas que están un poco más controladas y conocemos mejor. _¿Cómo está trabajando ahora la fábrica de Pérez, en qué niveles están operando? _Luego de este año y la dificultad que tuvimos con el oxígeno _y la priorización que se hizo en lo que tiene que ver con la acería_ a partir de agosto se retomó la producción y ahora está en niveles esperados para atender esa demanda que mencioné. Eso en lo que refiere a tren laminado y todo lo que viene aguas abajo de él, también está en muy buenos niveles de producción. Estamos tratando primero de atender la demanda real, que está bastante por encima de lo que fue el año pasado y encima de 2019, y tratando de atender la recuperación de stocks en la cadena que nos parece importante para darle más tranquilidad y previsibilidad. _¿Cómo se fue coordinando el tema de las dificultades en la cadena para salir de la forma menos conflictiva? ¿Hubo acuerdo con clientes, con proveedores? _Sí. La relación con nuestros clientes es de muy largo plazo. Inmediatamente, donde vimos que podíamos tener alguna dificultad con la provisión de oxígeno _y por supuesto priorizando la salud ante todo_ rápidamente nos pusimos en contacto y empezamos a trabajar en conjunto. Obviamente bajamos a los mínimos niveles de stocks los productos que teníamos, pudimos complementar con la importación de algunos otros. Todo tiene su inercia, pero hoy que está prácticamente el año terminado, podría decir que hubo que gestionar la situación, tuvo criticidad a mediados de año, pero se fue normalizando apenas avanzaron los meses. No fue una complicación de largo plazo. Nos fuimos recuperando, dándole previsibilidad a la cadena y eso fue importante. _¿Cómo terminan el año respecto de las expectativas iniciales que se trazaron? _ No preveíamos tener las complicaciones que surgieron en el año, porque en 2020 cuando comenzaron las aperturas, pensábamos que la pandemia estaba superada. Pero, la verdad es que el mundo tuvo una inercia, más allá de la segunda ola, y tuvimos complicaciones distintas. Viéndolo en perspectiva diría que termina cerrando un año muy complejo, pero mejor de lo que preveíamos. Esto es porque la construcción fue un dinamizador de la economía, una industria que siguió fraccionando este año, pese a los vaivenes y recuperó su nivel de actividad. Es un sector que genera mucho trabajo y a su alrededor hay muchas fábricas que producen, hay transporte y obras que ocupan mucha mano de obra. Esa dinámica también se vio en la maquinaria agrícola, la industria automotriz y la metalmecánica, que atendemos como clientes. Pero hago foco en la construcción porque representa casi el 80% de nuestra demanda. Estamos en un sector que pese a las restricciones se recuperó. No hablamos de crecimiento, hablamos de recuperación. Terminó siendo un año en el cual no nos esperábamos que pasara lo que pasó, pero las cosas se pudieron acomodar y el balance termina siendo muy dinámico. _En este contexto ¿piensan alguna nueva inversión en la planta? _ Recientemente cuando inauguramos la acería fue una inversión muy grande, de más de 240 millones de dólares en 2017. Eso requirió la puesta en marcha y todo el proceso vinculado con la estabilización del proceso, y todo eso viene ocurriendo a pesar de la pandemia. Entonces, para adelante nunca interrumpimos el plan de inversiones. Por supuesto no de ese tamaño, ya que hacía 40 años que no se invertía en una acería en el país. Nosotros somos una industria de capital intensivo, estamos permanentemente invirtiendo, primero por una cuestión de sustentabilidad, pero también pensando en tener tina actividad más vinculada con el cuidado del medio ambiente, atendiendo cuestiones de seguridad y productividad. En los últimos años encaramos y pensamos hacia adelante inversiones que tienen que ver con la transformación digital y una propuesta en valor a partir de nuevas tecnologías que mejoren los procesos internos y la relación con nuestros clientes y proveedores. Eso sigue estando en agenda. Las inversiones que se mantienen, responden a un plan de mediano plazo, no están asociadas a la coyuntura de corto. Eso continúa vigente y vemos para adelante un horizonte de inversión para atender demandas actuales y futuras. _¿La pandemia les obligó a cambiar algún proceso productivo y transformarlo en permanente? _Creo que sí. Primero la virtualidad, el hecho de que de un día para otro haya más de 120 personas trabajando desde su casa era algo que no imaginábamos que iba a ocurrir y ocurrió. Se pudo hacer. Vimos importante, en la medida que ese podía, recuperar la presencialidad. Hoy estamos en un esquema un poco híbrido. Y creemos que eso vino para quedarse. 120 años y el vínculo con la comunidad.
En enero de 2021 Gerdau cumplió 120 años. La empresa que nació en el sur de Brasil en 1901 como una firma familiar `todavía conserva esa impronta`, detalló Maglieri, más allá de que hoy está presente en 10 países y es líder en la producción de acero en toda América. En ese período centenario la compañía vivió múltiples situaciones y hoy enfrenta `un proceso de transformación cultural muy grande que es para pensar en los próximos 100 años`, agregó el ejecutivo. En ese marco citó la cuestión de la sostenibilidad del negocio, ser una empresa de triple impacto, que cuida cuestiones ambientales, de RSE y gobernanza. `También venimos trabajando mucho en el liderazgo femenino. Incorporamos más de cien personas en los últimos dos años y allí agregamos operadoras mujeres, en la línea productiva, algo raro en la industria`, dijo para lo cual implementaron un programa especial de capacitación. También en la inclusión de personas con discapacidades. Además, la firma tiene una fuerte inserción territorial en Pérez, donde está la planta santafesina y allí están vinculados con la escuela técnica, con la cual trabajan con prácticas profesionalizantes. También están construyendo una residencia universitaria en Casilda con la Fundación Si para 20 estudiantes del país que cursen en Veterinaria, que se dio en el marco del concurso Pensando en Acero y se inaugurará en los primeros meses del año próximo. CAMBIOS. Maglieri analizó el impacto de la pandemia en el mundo laboral.
La Capital -19/12/2021