TEMEN POR EL IMPACTO DE UNA SEGUNDA OLA DE CORONAVIRUS COMO EN LA UE
CONGRESO ALACERO 61°

Si bien reconocen mejoras en los niveles de consumo y producción, son prudentemente optimistas con 2021. Las importaciones chinas, en la mira.

2 El Congreso de la Asociación Latinoamericana del Acero (ALA- CERO) acostumbra ser un buen termómetro de lo que piensan y cómo ven el futuro próximo los empresarios siderúrgicos y de los sectores industriales y de servicios vinculados. En esta primera versión virtual de la historia del evento los dueños del acero coincidieron que la crisis actual es la peor de los últimos cincuenta años (el consumo y la producción caerían un 15% este año), y si bien reconocen que hay una mejora en los niveles de inventarios y de producción a nivel regional, y guardan esperanzas de que de la mano de la recuperación de la construcción civil y de la industria 2021 sea mejor a 2020, todavía temen por el impacto de una segunda ola de coronavirus, como en la UE, y la menor capacidad de los estímulos de los gobiernos. Por eso son cautelosos a la hora de proyectar el futuro mediato. En general apuntan al I trimestre del próximo año como el punto de partida de la recuperación. A nivel país, Jefferson de Paula, CEO de ArcelorMittal, se mostró más optimista con Brasil que con la Argentina. Cabe señalar que el gigante siderúrgico mundial del indio Lakshmi Mittal opera en ambos países desde hace años tras haber comprado en Brasil la Belgo Mineira y en Argentina la ex Acindar). La gente de México se mostró más optimista, sobre todo ante el cambio de gobierno en EE.UU. y su secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín, se ocupó de promocionar que su economía tenía las mejores oportunidades de la región para atraer cadenas de valor e inversiones e incluso sostuvo que `México ya tiene un índice de complejidad mayor que China para la manufactura`. Hubo un consenso en que la región tiene la necesidad de aprovechar el proceso de reubicación (re-shoring) para atraer empresas que migran hacia China, en particular, y Asia, en general. De ahí que funcionarios y empresarios concordaron en que debían tratar de hacer atractiva (near-shoring) a la región para estas empresas en momentos donde se están acortando las cadenas globales de valor. La pandemia y el conflicto entre EE.UU. y China obliga a repensar la localización y las cadenas de producción y valor. Al respecto todos se mostraron inquietos por aprovechar esta tendencia global para volver a retomar un proceso de industrialización regional que se traduce en el bajo nivel de consumo de acero: mientras China consume 630 Kg/hab. y EE.UU. 300, el promedio de la región es 100 kg. por habitante. Como viene sucediendo desde hace ya más de dos décadas, los siderúrgicos del continente alertan por la avanzada china que, según Máximo Vedoya (CEO de Ternium) un estudio de ALACERO junto al experto brasileño Germano Mendes de Paula hoy hay un déficit de productos metalmecánicos con China de u$s90.000 millones, lo que representa más de 5,3 millones empleos entre directos, indirectos e inducidos que se perdieron en la región. Vedoya consideró que `la pandemia aceleró problemas que venían gestándose desde tiempo atrás como la excesiva dependencia de la industria de la manufactura regional de China, que a base de subsidios acaparó la producción de insumos, equipos y bienes finales reemplazando producción y trabajo local`. De ahí que se tienda a una mayor regionalización que implica un reacomodamiento de las cadenas de valor globales para tener un mejor y más cercano acceso a los insumos y a los mercados. Un gran desafío regional. Un gran debate se gestó por la globalización y qué podía esperarse del próximo gobierno de Biden, entre el economista Dani Rodrik y los analistas Andrés Malamud y Andrés Oppenheimer. Bajo la óptica de Rodrik esta crisis es el fin de la globalización vista hasta ahora, lo que viene es una integración global y local, donde se regionalicen las cadenas globales. `Habría que volver a un Bretton Woods`, aconsejó para lo que se precisa un nuevo modelo de crecimiento y desarrollo. Se acabó la hiperglobalización. Rodrik recomendó hacer foco en las clases medias y en generar empleo en ellas. Malamud criticó esta visión `nortista` y advirtió la seriedad del conflicto social en la región. Oppenheimer se mostró optimista sobre todo ahora con Biden pero alertó que la región estaba perdiendo el tren de la robotización y no se podrá competir con Asia (China compró en 2019 más robots industriales que EE.UU. y la UE juntas) y brindó las últimas estadísticas mundiales: Singapur tiene 918 robots industriales por cada 10.000 trabajadores, Corea del Sur 855, China 187 y América Latina `nada` (México 44, Argentina 21, Brasil 14, Chile 3 y Perú 1). Tanto Malamud como Oppenheimer coincidieron en que la educación era la clave y eso no podía quedar solo en manos de los gobiernos que solo piensan en las próximas elecciones. Sobre Biden y la región, Oppenheimer dijo que a corto plazo era optimista porque el presidente electo conocía muy bien y tenía contactos personales. En tal sentido, Brasil con Bolsonaro no quedaron muy bien parados.

Jorge G. Herrera

 

Ambito Financiero – 11/11/2020